La Hermandad y Cofradía Penitencial del Santísimo Cristo del Amor y Nuestra Señora de las Angustias ha celebrado el tradicional Triduo en honor a Nuestra Virgen de las Angustias, los pasados días 13,14 y 15 de Septiembre, en la Parroquia Santuario de Nuestra Señora de Fátima, en La Coruña.
La gran asistencia de fieles durante los tres días, con el aforo completo al respetar las medidas COVID, implicó que muchas personas se quedasen sin poder acceder a la iglesia.
La imagen de la Virgen de las Angustias fue ampliamente agasajada con muchos centros de flores, que los fieles y devotos depositaron a sus pies en señal de agradecimiento por los bienes recibidos, siendo esta la primera ocasión que se realizaba y que, a la vista de la gran aceptación que ha tenido, es una idea que posiblemente tenga continuidad.
Los tres predicadores desgranaron en sus homilías, algunos aspectos de la función de la Virgen María como Madre del Señor y Madre nuestra, de su generosidad para con nosotros, de su capacidad de sufrimiento, y de su entrega y su amor, que en diferentes ocasiones, emocionaron a los asistentes.
El primer día, el Padre D. Manuel Angel Blanco nos mostró la faceta de la Virgen María como Madre de todos nosotros.
El Segundo día, el Padre D. Jhony Jesus Alarcón nos habló de la dedicación y entrega de Maria
Y el tercer día, el Obispo Auxiliar de Santiago Monseñor Prieto Fernández, hizo un recorrido por las virtudes de la Virgen, y su función como medio que utiliza el Señor para guiarnos por el camino de la fé y del amor.
Durante su celebración eucarística, se procedió a la imposición de medallas a siete nuevos cofrades, lo que da una idea de la pujanza y fuerza de esta joven Cofradía de las Angustias que, el próximo año, cumplirá tan sólo 15 años de existencia.
Los fieles asistentes participaron activamente en las celebraciones, acompañando con sus cánticos al grupo musical elegido para esta ocasión.
Como resumen de este Triduo, decir que en general, se han cumplido las expectativas que esta Cofradía había puesto en su celebración, con una gran implicación de los sacerdotes y fieles asistentes, y que cada año, va aumentando en presencia, haciendo pequeña la capacidad de esta Iglesia de Fátima.
